Las Fuentes del Chi.
Hace miles de años, los maestros taoístas descubrieron los centros de
Chi (energía) del cuerpo, mediante la observación interior. Para ello había que
apartar el cuerpo de los estímulos externos y meditar, para que, de este modo,
se activasen los sentidos internos.
Mediante procesos de relajación mental y física y utilizando sus
sentidos interiores, los maestros descubrieron que algunas partes del cuerpo
tienen más Chi que otras. Sirven como puntos de acumulación de nutrientes para
unos órganos y glándulas concretos. Estos centros pueden recibir el Chi de
fuentes externas, como la fuerza electromagnética, la vibración de la tierra,
la luz y la frecuencia o sonido de la luna, el sol y las estrellas. A este
alimento se añade la Fuerza Universal, bajo la forma de la luz roja y violeta
del amor incondicional.
Los maestros descubrieron que estos centros se conectan para formar un
circuito al que llamaron Órbita Microcósmica. Por entonces, no tenían el
conocimiento que tenemos nosotros de la electricidad y, apesar de todo, fueron
capaces de acceder al flujo de energía electromagnética del cuerpo (CHI).
Los maestros aprendieron a utilizar la mente y el ojo interior para
guiar el Chi por este circuito. Lo utilizaban para curarse ellos mismos
estableciendo así la base de un trabajo espiritual. Según iban desarrollando
sus sentidos internos para distinguir y catalogar el Chi dependiendo de sus
diversas fuentes (el sol, la luna, las estrellas, etc.), aprendieron a absorber
más Chi de cada una de estas fuentes para pasarlo a su cuerpo.
El circuito de la Órbita Microcósmica está formado por dos canales
principales, a los que se llama Gobemador y Funcional.
El Canal Gobemador sube desde el perineo, pasando por la espina dorsal,
hasta la coronilla de la cabeza, para terminar en el paladar de la boca.
El Canal Funcional va desde el perineo hasta la punta de la lengua,
pasando por la parte delantera del cuerpo.
Tocando el paladar con la punta de la lengua, se conectan los dos
canales.
EL SEXO Y SUS CONSECUENCIAS ENERGETICAS
Cuando hablamos de energía, nos vamos por ramas interminables de
conocimiento, mismas que son infinitas e ilimitadas, y algún poco o nada
exploradas, como el caso de las consecuencias energéticas que tenemos, al tener
sexo con alguna persona.
Y si empezamos por la palabra sexo, que viene de seis, la unión de dos
veces tres, que son, el cuerpo físico, emocional y espiritual de la mujer, con
el cuerpo físico, emocional y espiritual del hombre, que se unen sin que podamos
hacer nada para oponernos, siempre y cuando haya penetración entre un hombre y
una mujer, entonces, el aura que es el campo energético que tenemos y que no se
puede romper con nada (a menos que nosotros demos permiso a entidades
energéticas de entrar en el) se une a la del compañero, formando un solo globo,
una sola aura mientras se realiza el acto sexual, que es el verdadero
matrimonio y lo que energéticamente se considera la unión eterna de dos seres
que se aman y quieren compartirlo todo con la persona que eligieron.
Eso se podía contemplar en tiempos muy antiguos, ya que en tiempos
modernos, el sexo, es tan liberal, tan irresponsable que se tiene con quien
sea, no importa que se conozca bien o no ala persona, incluso basta que nos
haga química en cualquier antro o cafetería. Es en estos casos donde las
consecuencias de un acto sagrado, bello y que incluso nos da poder, se hace
riesgoso, y hasta peligroso.
Cuando unimos las auras con alguien, así haya sido una vez en la vida,
juntamos karmas, energía, luz, vibración, conocimiento, larvas (vampiros
energéticos que se nos plasman) etc.…Esto es algo hermoso cuando estamos
realmente enamorados y queremos pasar con esta persona el resto de nuestros
días, ya que cuando amamos realmente queremos compartir lo bueno y lo malo con
nuestra pareja, pero cuando solo fue un acto de placer, o de una noche, ya no
es tan agradable, ya que de la misma forma unimos todo lo mencionado y esta
unión energética dura siete años, a partir de la ultima relación sexual, ¡así
es!, ¡siete largos años! en que el lazo no se rompe, y en que seguimos unidos
de forma energética y karmika con todo aquel con quien hemos compartido nuestra
cama, nuestro espacio y nuestro cuerpo energético. Además de que se complica
cuando la cadena es grande, porque imagina a alguien que ha tenido relaciones
sexuales digamos, nueve personas; que a su vez cada una había tenido sexo con
tres ¿Puedes imaginar cuantos karmas y plasmaciones tienes tu después de esta
cuenta benévola?!Basándonos en tiempos modernos!
Esto hace más pesado nuestro camino y proceso, nos llenamos cada vez de
más densidad y cargas que ya no sabemos de donde salen y menos como
quitárnoslas.
Para el descanso de todos quiero compartirles que hay una cura ¡una
sola! Si antes de esos siete años encuentras el amor de tú vida, un amor
profundo y verdadero entre los dos; ¡este amor es capaz de quemar y trasmutar
lo que sea! convirtiéndose en una cura de amor y de energía para la pareja.
Dentro de las consecuencias de la unión de karmas, en el sexo, está
también el que uno de los dos tenga sexo con varias parejas muy densas y
contagiadas con karmas de otros, lo que energéticamente se considera, un acto
sexual en nido de larvas. Yéndonos a los extremos, pensemos que esa noche
también tenga relaciones con su pareja y quede embarazada, lo que hará que pase
al hijo que engendren, la nefasta densidad de un nido de larvas que ira
desarrollándose junto con el niño, dando por resultado seres con cierta maldad
y crueldad desde pequeños.
Cuando unimos nuestra energía de este modo, también damos nuestro poder
y vibración de vidas a la otra persona, creando lo que antiguamente llamaban
puentes de poder.
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